En un día caluroso de verano en el sur de La Florida (USA) un niño decidió ir a nadar en la laguna detrás de su casa. Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró en el agua y nadaba feliz. No se daba cuenta de que un cocodrilo se le acercaba.

Nuestro archipiélago constituye un testimonio vivo de una historia arraigada y vibrante. Cada familia isleña representa un tejido único de tradiciones, costumbres e historia compartida, reflejando así la fortaleza innata de nuestro pueblo. 

La poeta y activista Maya Angelou, que se convirtió en la primera mujer afroamericana en ser el rostro de una moneda de 25 centavos de dólar en Estados Unidos, es una muestra de cómo ha 'avanzado' dicha sociedad. Angelou en una cara de la moneda, en la otra aparece el presidente George Washington.

Cada individuo es una pincelada única, una partícula de color esencial en la obra colectiva que es la comunidad. Desde los primeros trazos de vida, se nos asigna un rol: somos los aprendices y los maestros, los soñadores y los constructores, los tejedores del destino común.